La pulsioximetría es un método no invasivo que pretende medir el nivel de saturación arterial de la oxihemoglobina (SatO2) y la frecuencia cardíaca del paciente para detectar cualquier cambio anómalo en los mismos y proceder a su tratamiento inmediato. Se coloca el sensor del pulsioxímetro en una parte del cuerpo que sea relativamente translúcida y tenga un buen flujo sanguíneo, normalmente, los dedos de la mano o del pie o el lóbulo de la oreja.